Mi tutor es el niño loco aleman

Sí. No sabía como describirlo en el blog porque es un tío bastante peculiar en muchos sentidos, pero el día que se puso a aporrear el teclado al grito de:
¿Pero qué pollas le pasa al puto ordenador de los cojones? lo ví claro. Muy claro.
Le das un ordenador y se vuelve loco cuando no consigue lo que quiere.
Y es que temblamos cada vez que tenemos que consultar algo en el ordenador (vamos, cada dos minutos aproximadamente). Ya si se trata de radiografías ni te cuento (pero...¿Como hago para ver el tórax lateral?) Al fin y al cabo, como nos ha contado hoy, cuando él empezó se hacían las pruebas de medicina nuclear (por llamarlas de alguna forma) pasando una plaquita por delante del paciente bien llenito de isótopos raros. Como los calendarios estos de gente en ropa interior, que al chuparlos se quedan desnudos... pero pasando una placa. Así que mejor no pedirle mucho más (La verdad es que yo no pensaba que fuera tan mayor...igual no lo es y las modernidades son más modernas de lo que yo esperaba)

Hoy le hemos enseñado a hacer una captura de pantalla y crear un documento con ella y el tío más feliz que nada. Según estaba yo tampoco le podía responder a muchas cosas más, porque no daba pie con bola. La culpa la tenían unos vecinos muy majos, que, ella borracha y él sobrio discutieron durante cerca de una hora debajo de mi casa con amenazas de autolesión, de avisar a la Policía y el notario y temas similares. Un minuto más y quien llama a la poli soy yo, que son colegas y todo ya...
Que de vez en cuando me gusta dormir coño. Poco me faltó para tirarles una botella de agua, que seguro que según caía con el frío que hacía se hacía hielo y les partía la cabeza.