Como un hamster en el congelador

Últimamente mi cuerpo solo me pide chocolate y carbohidratos. Y yo a este pequeñín (nunca mejor dicho xD) no sé negarle nada, así que estoy temiendo que se haga realidad mi peor miedo infantil:
Convertirme en Winnie the Pooh y no poder salir a la calle por la puerta.

Qué le vamos a hacer, el SPM es así de cruel conmigo.
Lo malo es que se han sumado el frío (porque la
<--- nieve es muy bonita, y para jugar un rato está muy bien pero coño!! que frío hace en la calle y como resbalan esos charcos helados tan tentadores) y las ganas de hibernar, debe de ser por eso que estoy guardando reservas, debajo de la mantita y a ser posible, en ausencia de preocupaciones más allá de las necesidades básicas (sí, comer, dormir y follar, y ya que estamos, ni siquiera saber que significa la palabra "exámen" y mucho menos "Fisiología")





Con todo esto, no paro de sentirme un ratoncillo y recordar lo que nos dijo cierto profesor Un hamster también hiberna. Nosotros en el laboratorio los metemos en el congelador de una nevera normal, como las de casa, y se hacen una bolita y ahí se pueden quedar meses. Luego lo sacas, y otra vez vivo.

Y sí, lo tengo que confesar. Desde aquella clase, solo sé atosigar a las personas que conozco y tienen un hamster pidiéndoselo prestado un tiempo.
Sí, soy un poco sádica.
Pero es el mi vocación científica la que habla por mí. También me queda la opción de comprar uno (mucho más práctica por aquello de no mezclar sentimientos y trabajo y tal) pero, la verdad, creo que me daría un poquito de pena abrir el congelador para sacar un tupper de mama (benditos sean) y encontrarme allí una bolita de pelo, con los bigotillos tiesos y tiritando.
Soy todo sensibilidad, ya veis.

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Ya queda menos para que termine de daros la vara con los votos :P