No obstante, un día pude acercarme a un Centro Comercial junto al hotel (en busca y captura de regalos) y me pasé por el supermercado, ya que como os he contado en otras ocasiones, me encanta explorar los supermercados de los países que visito.
Cuando me estaba acercando a la sección de fruta y verdura empezó a oler mal. MUY mal.
A una mezcla entre huevos podridos y carne en putrefacción.
Y entre los cocos frescos y unas piñas encontramos esto:

Yo ya sabía que esta fruta es popular en el Sudeste asiático y que es conocida por su olor..digamos peculiar, pero la verdad es que no esperaba encontrármelo por allí.
Cerrados no huelen, es abierto (con un aspecto como el que veis a la derecha) como empieza a soltar su aroma (y fijaos que está envuelto en miles de capas de papel film)
¿Que como sabe? Siento decir que no me animé a probarlo y es que cada fragmento pesaba más o menos medio kilo y una de las normas del hotel era, específicamente, no introducir Durian en sus instalaciones. Eso para que os hagáis a la idea de lo mal que huele.
Y me arrepiento eh?? No os voy a negar que me quedó la curiosidad...
Otro día os cuento más cosillas curiosas que encontré...que no fueron pocas.