Un día normal

Suena el despertador. Lo apago. Suena el móvil con esta canción como ya es costumbre. Canto, y justo después de llegar a "África" lo apago. Suena el despertador. Lo apago. Y así sigo en un bucle infinito de adormedimiento. 8.20. Mierda!

Entro a clase a las 8.30 y tengo 5 minutos caminando rápido hasta la Faculpuaj. Me preparo en un tiempo record, cojo algo de la nevera para picar y llego casi pronto (curioso término)
La primera clase pasa sin sobresaltos,y es que ya ni me sorprende que el profesor sonría continuamente. Creo que se ríe de nosotros, sabe como nos puteará en febrero (y en junio, y esperemos que no sea necesario que lo haga en julio y septiembre). 8y pico de la mañana y hablamos de electrocardiogramas y fonendos. Al menos es interesante, y hoy estoy bastante despierta.
Voy a por un cafe entre clase y clase y a la siguiente. Ni 5 minutos nos dejan. Llega Ali. Es de origen Palestino y me cae bien, aunque el año pasado sus clases eran desastrosas. Este año ni tan mal. Se parece al padre de Jazmin, y además no puedo evitar pasarme la hora cantando aquello de "Ali, gran príncipe Alí". (A la mierda el anonimato de mi blog después de este párrafo)

Tengo hora libre, y no puedo ir a ninguna clase de tercero (puta incompatibilidad horaria) así que subo a la oficina a pasar apuntes hasta que toque ir a prácticas. El jueves es relativamente tranquilo. Antes de ponerme con los apuntes, miro el correo mientras pico algo, que el estómago ya se quejaba (normal, se me olvidó desayunar). Quiero comprobar que pasa con el chico egipcio de diciembre que tenía problemas con su embajada, y no sé si el sudanés de noviembre tiene asignado un médico. Sin novedades. Por el primero me alegro, por el segundo, solo puedo cagarme en la administración, y creo que lo haré bastante durante el tiempo que me dedique a gestionar los intercambios.
Llegan unas chicas de primero que quieren informarse. Les suelto el discurso que ya tengo aprendido y parece que sueno convincente. Tenemos más sangre nueva, y viene de puta madre.

Casi ha pasado una hora, así que me pongo a escribir este post. Aún me queda hacer problemas en grupo, más tiempo libre y una práctica de Genética antes de llegar a casa. Miedo me da la profesora, no sabe pronunciar las eses (o más bien las pronuncia cuando quiere) y tenemos que escuchar cosas como cromosomal, o dol y dol y al final es algo tan ridículo que no se cuando las risas por lo bajini pasarán a ser carcajadas sin control.

Luego lo de siempre, comer, decidir si siesta o no siesta, estudiar y mientras lo intento hacer, que pasen cosas que me lo impiden (y de las que me alegro). Y hoy, como jueves que es, toca cenar fuera, y salir poco, que mañana a las 8.30 la misma historia.

¿Rutina? para nada. Eso sí, del control aquel del que hablaba, nos olvidamos ya.