Plastic Surgery

Las prácticas son una decpeción tras otra. Después de cambiarme a Clooney por Peter Grifin llego a Cirugía Plástica y no me encuentro a Sloan no...que tampoco había esperado semejante maravilla de la naturaleza es cierto, pero encontrarme a Grenuille el del Perfume, con los mismos gestos y tal como me lo imaginé al leer el libro ha sido un poco shock (que hija de puta soy poniendo motes también...)

Una se imagina un quirófano como una sala super moderna, en la que todo está cuidado hasta el último detalle y se respira profesionalidad en un aire convenientemente frío.
Pero luego llegas y la imagen inaccesible pierde bastante fuelle. No deja de ser una habitación limpita con gente vestida de azul o verde y lámparas que emiten una luz bastante cegadora.
Eso sí, frío hace. Y mucho.

El primer día el ambiente estaba bastante tenso. Grenuille, aka Doctor Ego (que tampoco iba sobrado de humildad) estaba irritable y no cuadraba que fuese el tan genialísimo doctor del que mis compañeros me habían hablado. Hoy ha aparecido para decirnos que estaba de guardia y no operaría, que nos quedásemos con su compañero... y parecía bastante más simpático. Ahora no sé si es prepotente, bipolar, o tenía un día raro.
Son mis primeras prácticas mueble, de esas en las que ni te hablan, y si lo hacen es para gritarte que te apartes porque quieren pasar (aunque tuvieron el detalle, con algo de mala leche también, de mandarnos ir a buscar un cajón si queríamos ver algo. Soy pequeña, ¿Qué pasa?).
La que mejor nos trata es la Anestesista, que es una señora simpática con el gorro por la mitad de la cabeza, que pone Cadena 100 en el ordenador (bueno, todos tenemos fallos) y aparece y desaparece como por arte de magia cada vez que suena la campanita.

La verdad es que es alucinante lo que hacen los cirujanos plásticos. Corta por aquí, reconstruye por allá y cose como si nada hubiera pasado. Y no pasa, porque ni se nota. En cierto modo entendería hasta un poquito que fueran tan prepotentes como tienen fama de ser. Habrá quien diga que es un trabajo frívolo, que no salva vidas...pero hacen mucho más que poner tetas y estirar caras. Y aunque a veces su trabajo pueda parecer puramente estético, y de hecho lo sea...ciertos accidentes y enfermedades pueden hacer que lo que se considera calidad de vida...sea muy discutible.
Aún así, de momento no he sentido lo que siento en otros servicios (imagino que mirar durante horas infinitas hace que me aburra) y aunque admito que me gustaría saber qué es hacer, y no mirar (y es que hasta que me dejen echar betadine en un cuenco con suero me hace ilusión) creo que no es lo mío.