Urgencias

Cuando uno oye hablar del servicio de Urgencias, se imagina algo como esto:




George Clooney incluído, por supuesto.
Y al final, todo mi gozo en un pozo.
Mi tutor es más como él:
Juro que mi tutor es Peter Grifin. Y si no hay pruebas es por motivos evidentes (los mismos que hicieron que no os contara que el celador de la consulta de Interna en la que roté el primer cuatrimestre era el chico de la tienda de tebeos)

En un principio, el servicio se antoja bastante aburrido. Los médicos nos han pedido que nos quedemos allí toda la vida, y es que es automático: llegamos nosotros y las Urgencias se vacían. Literal (yo creo que el futbol tiene mucho que ver) Pero al final van llegando casos interesantes (aunque para mí es interesante todo, no nos engañemos), ya os iré contando.

De momento, lo que más me ha flipado (porque soy muy simple) ha sido tener de paciente a Obama. Y esto no es una coña con los parecidos no...es que se apellidaba Obama (llamadme simple, lo sé, lo soy)

Otra cosa con la que alucino es con la Farmacia. No es un cuarto como otros que había conocido, no.
Es esto:
En el ordenador de la izquierda hay una zona roja que apenas se aprecia en la foto, después del teclado. Es un detector de huellas.
Si eres personal autorizado, al analizar tu huella el ordenador te preguntará que es lo que quieres. Escribes el medicamento, el número de comprimidos/ampollas/whathever y al darle a intro...el cajón correspondiente de la puerta de la derecha se abrirá (y el ordenador te indicará, además, de qué división has de retirar la medicación)
Y si está guardado en la nevera...pues lo mismo
¿Alucinante, o no?
(Proximamente, tanto como el cansancio me deje, aventurillas de Nebu en urgencias y en Luxor)