Nu-ce-lar

El contador Geiger (o similar) pita desde la habitación de al lado, de donde acabo de salir después de estresar a un señor subido en una bicicleta estática.
Tengo la impresión de que saldré de este país brillando, verde y luminosa, mientras deambulo en pelotas por los bosques que encuentre.
Aquí todo es muy distinto. Ni mejor ni peor (o al menos, aún no puedo juzgarlo) pero el hecho de estar en Europa del Este es algo que no se olvida.
Never.

Escribo esto en el cuarto para los niños, en un descanso. Hay dibujos en las paredes, pero las cunas parecen pequeñas camas-cárcel y el ambiente es inquietante.
En este servicio (y por lo que sé, en todos, incluídas cirugías) el uso de guantes es algo excepcional.
Colocan la vía venosa "a pelo". Y si se escapa algo de sangre, se limpia con una gasa y punto. Aunque la enfermera se llene las manos de sangre.
Como me las apañaré para ponerme guantes cuando haga algo para lo que crea que los necesito es un misterio. Pero, llamadme tiquismiquis...los necesito.
La médica se pone unos cada vez que inyecta un isótopo radiactivo. Curioso..hasta donde yo sé, el látex no protege de las radiaciones.

Admito que las jeringuillas con dos cubiertas metálicas (de plomo, supongo) me intimidan, pero siento que el paciente está más tranquilo que en España. Lo que no cambia es que los pacientes apenas preguntan.
Solo asienten: Hano, Hano, Hano.
(Sí, hano significa sí. La broma es tan simple que no la haré)

La Medicina Nucelar (se dice nu-ce-lar) no me atrae como opción, pero de momento, estoy muy contenta de estar aquí (aparte de la experiencia fuera del hospital...que hasta ahora está siendo muy buena)