Coming back

Ya he vuelto, y casualidades de la vida, hasta mañana no he tendré clase-prácticas así que he podido hasta descansar. Perdonadme por no haber comentado en vuestros blogs, pero el GReader tenía tantas entradas que me he limitado a leerlas antes de dormirme delante del ordenador.

Como no puedo evitarlo, he escrito cosillas en el viaje así que os iré transcribiendo lo que hay en mi libreta. Hoy toca la llegada (en diferido, claro)

"Que el guía no aparezca no es un buen presagio, y si tuviera menos sueño me habría dado cuenta. Que el autobusero no te deje subir la mochila al autobús porque No sabes viajar, no se viaja con mochila, si no con bolso simplemente demuestra cuanto gilipollas hay suelto por el mundo. Miles de mochileros debían estar retorciéndose en su cama de albergue en ese momento.
-2 grados en el aeropuerto. Nieva. Mucho.
Y la cazadora ya está facturada.
Al subir la escalerilla del avión, los copos me cubren por completo. Hay señoras que limpian hasta los cristales de los aviones (nota mental: podría ser un grupo de facebook). Parece que no salimos. Me duermo, me despierto.
Pasa media hora y nos bañan con anticongelante para despegar por fin.
4 horas después el Nilo aparece bajo nuestras alas, llenando de verde el desierto. Tan impresionante como en los libros de geografía.
Anochece en Luxor, con 32 grados centígrados.
Por primera vez en mi vida, sellan mi pasaporte. Visado de entrada.
Voy al baño y me piden propina por darme papel higiénico, que ni necesito, ni uso.
Al llegar al autobus, me vuelven a pedir propina por meter la maleta en el maletero (maleta que curiosamente, he subido yo)
Es la costumbre en el país, nos dice el guía. Me cae mal, me da impresión de mafioso, que se confirma cuando trata de asustarnos Es imposible que os mováis en el Cairo sin mí
La llevas clara si crees que podrás acojonarme."