He pasado la mayor parte del día acojonada. Un simple exámen y me pongo así. La verdad...no me reconozco. Supongo que el saber que la nota mínima para aprobar es un 8 (Bienvenida a la Medicina) me bloquea bastante
Si tenía sueño, no me dormía. Si quería estudiar, me daba sueño. La pescadilla que se muerde la cola. Y jugar a la avestruz solo lo empeora.
Un café en buena compañía suele arreglar estas cosas, pero sólo las retrasó. Y una conversación por teléfono, más de lo mismo. Al final me he cabreado, y he explotado.
Y oye, estoy mucho mejor.
He estudiado, aún me queda mañana para el repaso final. Y también el lunes, aunque no tenga mi desayuno de los preexamenes y me toque perder algo de tiempo (sí, antes de los exámenes desayuno papillas de las que vienen preparadas. Así abro el brick, y mientras chupo voy repasando en mi camita. Pero esto que quede entre nosotros)
Voy a aprobar y punto.
Tengo la cabeza llena de reglas mnemotécnicas y cancioncillas tontas. La última y más absurda acaba de unirse en un postit a lo que veis en la foto (click para ampliar si queréis). Sobre la espina y bajo la espina, una pequeña redonda hace submarinismo.
Y poco más. Voy a dormir que vistas las tonterías que digo, falta me hace.
Por cierto, si veis donettes dorados en el super no los compréis. Yo, como en época de exámenes suelo necesitar bastante azúcar, grasas deshidrogenadas y mierdas por el estilo, caí. Y luego ellos cayeron en el cubo de la basura. Pero qué asco...