Pues...resulta que sigo viva (sorprendidos eh?)
He estado en bastantes fregaos desde que acabé los exámenes pero lo último de todo, como los que me seguís por Twitter ya saben, ha sido ir a India (así, de repente).
Y...¿Qué decir de India?
Yo siempre había querido ir a India. Es uno de esos países que me atrae sin motivo concreto y que por unas cosas u otras siempre había estado muy cerca. De hecho, hace un tiempo casi-casi fui, pero al final no. Siempre he pensado que las cosas ocurren o no por alguna razón y esta no iba a ser menos.
El caso es que un país idílico idílico... no es. Ya había leído que es un país duro, complicado cuando es tu primera visita. Y coincido.
No me parece justo mirar un país con ojos de occidental, pero hay cosas que ni tolero, ni toleraré nunca. No me refiero a que funcionen con otro ritmo y todo llegue tarde.
No es la sensación de ser una cartera con patas a la que exprimir cada rupia, que puedo entender (Si la gente pasa hambre, ¿No es aceptable que busquen más?) al fin y al cabo eso son trucos que casi no llegan a la categoría de timo. Que si No vayas a ese hotel que es muy malo, vete al de mi primo o Te arranco la maleta de las manos unos cuantos metros para que luego me des una propina... todo eso es incluso inocente y no me sorprende porque no es el primer país en el que lo veo) Es una sensación brutal, que te hace estar con los ojos abiertos en cada momento y al final no te deja disfrutar de la experiencia pero señores...sabíamos a donde íbamos. Y no generalizo, imagino, quiero pensar que en las zonas no tan turísticas el viajero se siente más cómodo pero al fin y al cabo este es mi blog y en él cuento mi experiencia.
Pero no, eso no es lo que menos me ha gustado.
No sé de qué me sorprendo en un país en el que existe una suerte de ciudad de viudas, donde vas a morir cuando, una vez parida y explotada como ama de casa ya no puedes dar más a la sociedad. No sé de qué me sorprendo si India es uno de los países con mayor venta de órganos. Pero el hecho es que allí la vida parece no valer mucho. Y si eres mujer, o niño...ya sí que estás jodido. De hecho, si eres bebé tu vida tiene un precio: la que un turista quiera poner. Y aunque mujeres no me intentaron vender, no creo que funcione muy distinto con ellas.
Y sí, a mí, obtusa occidental me horrorizó comprender que me intentaban vender a un niño. Y a una niña después. Me horrorizó pensar que al fin y al cabo, el futuro que les espera no es muy esperanzador cuando ves cada estación o calle sembrada de cuerpecitos cuando se pone el sol. Pensar que si lo intentan es porque alguna vez ha funcionado.
No digo que India no sea un país precioso (ya habrá más post con el turismo), que no tengan una cultura que atrae... pero todo esto te deja con mal sabor de boca.