Historias...

Con sólo una mirada, cualquiera se daba cuenta de que la suya era la cara más blanca con las mejillas más rojas del grupo. Y, pese a los esfuerzos de la profesora, ella también lucía el chupete más grande en esa clase de Primero de Infantil, rompiendo la imagen de casi perfecta muñequita de porcelana.
Al fin y al cabo, como tal cuidaban a la pequeña de la casa tras un complicado divorcio.

Los estudios no llamaron demasiado su atención, y las discusiones constantes con las monjas ayudaron a pasar del desinterés al asco. Pocos años después sin apenas transición, cambió el chupete por las pollas. Cuestión de llevarse algo a la boca, murmuraban cuando relataba sus aventuras mientras se retocaba el maquillaje en el servicio a la hora del recreo.

Dejó el colegio y tras holas, adioses, no supe más de ella hasta que, maravillas de las pequeñas ciudades, alguien le contó a alguien que alguien le había contado que el primo de su vecino sabía que en los servicios más sucios de los bares se dedicaba a las transacciones.
Una mamada, una raya de coca.
Trueque fijo.

No está bien fiarse de las malas lenguas, pero hace ya muchas madrugadas, una mirada perdida enmarcada por ojeras me saludó, y de esa porcelana, ya rota, no pude encontrar apenas nada.
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Hoy, no sé muy bien por qué, solo me apetecía escribir. Fruto de la apatía de las vacaciones supongo.
(os sorprende que no os recuerde que me voteis? ahora tengo un bonito botón rojo a la izquierda que lo repite por mí :P)

Mundo gilipollas

Llevo días intentando callarme, que las pataletas no son lo mío (aunque sí quejarme, que admito que me gusta e incluso me relaja) pero algo huele a podrido, y no es en Dinamarca, si no más cerca. Yo sigo a lo mío, que la esperanza es lo último que se pierde, y no pierdo la oportunidad de recordaros que necesito (así, a la desesperada) votos.
Y sí, sé que posiblemente no sea la mejor, ni de lejos, y no me lo merezca. Pero también sé que nunca gana el mejor, y que lo justo es que me quede entre los 20 primeros. ¿Poco modesta? Puede. Pero al menos no hago chanchullos, que abundan. Y si algo me repatea son las injusticias descaradas.

Por lo demás, el día y medio en el que llevo de vacaciones (si es que se le pueden llamar vacaciones, porque salvo por lo de ir a clase, lo demás sigue igual) me ha recordado que la gente (y si se me apura, los agentes de la ley, más aún) es gilipollas y tiene un sentido del deber bastante difuso.
Me estoy concienciando de que todo sería mucho mejor si nos dedicaramos a vivir en ropa interior (o si no, que alguien me explique por qué la ropa exterior que hay en las tiendas es fea, y no hay día que salga de compras sin querer un conjunto de ropa interior, precioso, y que además me quede bien).
También mi pensamiento de que eso del espíritu navideño ha debido pasar por mi casa de largo se ha reafirmado, un año más. Y os lo repito, que seáis felices. Siempre, aún sin luces en las calles y anuncios de turrón.

Estoy irascible, ¿se me nota? Al fin y al cabo es lógico y tenía que pasar...últimamente me parezco más a House que nunca. Y es que ya me lo dijo Facebook, de ser un personaje de la serie, sería el mismo Greg. ¿Qué sería de mí sin este cacharrito? Pues no lo sé..sus maravillosos test no solo me recuerdan en que ciudad debería vivir, si no también que mi futuro profesional está en la Medicina y que soy un eosinófilo (aunque no entiendo bien el motivo de esto último) Anyway, debería dejar que se convirtiera en mi conciencia, memoria y monedita de tomar decisiones.
Todo mucho más fácil, ¡dónde va a parar!

Por último, que ya va siendo hora de que me calle por hoy, os dejo con las perlas que he escuchado estos días:

-chico que entra a un bar (a chica que está detrás de la barra): qué, trabajas todavía aquí?
-chica: no me ves?

-chica que no para de mover el ratón del ordenador: que le pasa, no funciona? Qué le pasa? Por qué no se enciende?
-Misma chica, al menos minuto y medio después: ah! qué está apagado.

-Fan de RBD en el telediario (hablando sobre la separación del grupo): es algo muy trágico. Es algo que la gente normal no entiende.

Si cuando digo que hay epidemia de gilipollez...

Como un hamster en el congelador

Últimamente mi cuerpo solo me pide chocolate y carbohidratos. Y yo a este pequeñín (nunca mejor dicho xD) no sé negarle nada, así que estoy temiendo que se haga realidad mi peor miedo infantil:
Convertirme en Winnie the Pooh y no poder salir a la calle por la puerta.

Qué le vamos a hacer, el SPM es así de cruel conmigo.
Lo malo es que se han sumado el frío (porque la
<--- nieve es muy bonita, y para jugar un rato está muy bien pero coño!! que frío hace en la calle y como resbalan esos charcos helados tan tentadores) y las ganas de hibernar, debe de ser por eso que estoy guardando reservas, debajo de la mantita y a ser posible, en ausencia de preocupaciones más allá de las necesidades básicas (sí, comer, dormir y follar, y ya que estamos, ni siquiera saber que significa la palabra "exámen" y mucho menos "Fisiología")





Con todo esto, no paro de sentirme un ratoncillo y recordar lo que nos dijo cierto profesor Un hamster también hiberna. Nosotros en el laboratorio los metemos en el congelador de una nevera normal, como las de casa, y se hacen una bolita y ahí se pueden quedar meses. Luego lo sacas, y otra vez vivo.

Y sí, lo tengo que confesar. Desde aquella clase, solo sé atosigar a las personas que conozco y tienen un hamster pidiéndoselo prestado un tiempo.
Sí, soy un poco sádica.
Pero es el mi vocación científica la que habla por mí. También me queda la opción de comprar uno (mucho más práctica por aquello de no mezclar sentimientos y trabajo y tal) pero, la verdad, creo que me daría un poquito de pena abrir el congelador para sacar un tupper de mama (benditos sean) y encontrarme allí una bolita de pelo, con los bigotillos tiesos y tiritando.
Soy todo sensibilidad, ya veis.

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Ya queda menos para que termine de daros la vara con los votos :P

Donde se acaba mi boca, empezarán tus labios...

Creo que me ayer me enamoré:



*

Y es que, ya me dí cuenta poco antes de disfrutar del concierto. Después de la cantidad de arte que he visto este año, me inflaré de felicidad, tanto, tanto, que terminaré colapsando como las gigantes rojas. (Sí, me salió así, del alma y sin pensarlo. Por suerte en mi vida diaria no suelo hablar así)

*Sé que no se ve nada. Problemas logísticos. Pero me gustó tanto...que ahí queda.

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Voy octava, así que ni tan mal. Pero ya sabéis...no pierdo la oportunidad de recordaros que aún se puede votar ;)

No importa lo alto que estés...

Siempre habrá alguien por encima de tí.

Y no, no me estoy refieriendo a este concurso, en el que misteriosamente he bajado alguna posición (yo pidiendo de nuevo votos??? que va!!!!)

Los tiros van más bien por otro lado...

Resulta que ha venido un chico a hacer prácticas a uno de los Hospitales de la ciudad en la que estudio y, si el papel de estudiante en prácticas ya es más o menos, el de hombre invisible, si además eres extranjero, con pocos conocimientos de español, pues la cosa aumenta notablemente, así que siempre que recibimos estudiantes, alguien les va a buscar a la estación, les presenta a su médico y ese tipo de cosas.
Resumiendo, llegué por segundo día al hospital en busca de un profesor que es el jefe de sendos departamentos (tanto en la Facultad como en el hospital), y además un hombre muy cualificado (el que más en la Facultad, él dixit).
Llamo a la puerta de su despacho.
No abre.
Pregunto en Secretaría, me dicen que no tardará en llegar.
Llamo de nuevo, por si ha llegado en ese intervalo de tiempo.
El tío sale pegando voces mientras señala el cartel:
Esto es un despacho! No sabeis leer? las consultas están en otro sitio, este es mi despacho y me estais molestando.
Soy una persona que normalmente no se calla, pero me quedé patidifusa y solo sujeté, a la altura de sus ojos, la carta que el Jefe de estudios me había dado para él.
Sutil cambio de actitud.
Mil perdones, perdón perdón. Es que verán, siempre me molesta mucho la gente que viene a consultas. Lo siento, lo siento mucho.

Muajajajaja. Seré una hija de puta, pero la satisfacción que sentí en ese momento no me la quita nadie (aunque también pensé, pobres pacientes que tengan que aguantar esto a diario :S)
Y de ahí el título. Para quien le interese, el chico está presenciando diariamente operaciones, tan feliz (y yo estoy al borde del colapso, pero eso, para otro post, posiblemente junto con mi disgusto por haberme perdido una conferencia de Anguita...)